El fascinante proceso de elaboración del chocolate
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El chocolate es un dulce imprescindible, especialmente apreciado por su sabor y sus propiedades reconfortantes. Sin embargo, poca gente sabe realmente cómo se elabora este manjar. Más allá del producto acabado que todos conocemos, hay que pasar por toda una serie deetapas antes de que esta pasta cremosa se convierta en una barra crujiente o en una bebida caliente. En este artículo, le explicaremos las distintas etapas, desde el árbol del cacao hasta su mesa.
De la vaina al cacao: recolección y fermentación
La primera etapa de la producción del chocolate comienza con la recolección de las vainas. Son el fruto del árbol del cacao, una planta tropical que crece principalmente en África, América Central y Asia. Las vainas maduras contienen semillas blancas cubiertas de pulpa. Son estas semillas las que, una vez procesadas, dan lugar al chocolate.
Tras la cosecha, las semillas se extraen de las vainas y se colocan en cajas de madera o bolsas de lona, donde se dejan fermentar durante varios días (entre 6 y 8). Durante este periodo, la pulpa que rodea las semillas se licua y las semillas de cacao empiezan a germinar. Este proceso desarrolla los aromas que solemos asociar al cacao y descompone los azúcares para dar lugar a sabores más complejos.
Secar, tostar y moler: revelar los sabores del cacao
Una vez terminada la fermentación, las habas de cacao se limpian y clasifican antes de extenderse sobre esteras o plataformas aireadas donde se secan al sol. Este proceso puede durar hasta 10 días, dependiendo de las condiciones meteorológicas. Una vez secas, las habas están listas para ser enviadas a las plantas de transformación, donde se convertirán en chocolate.
En estas fábricas, las habas de cacao se colocan en tostadores para calentarlas durante un tiempo determinado, según las necesidades específicas de las recetas de cada empresa. El tostado desarrolla aún más los aromas del cacao y confiere al futuro chocolate su sabor característico.
Una vez tostadas, las habas se descascarillan para conservar sólo la parte comestible, denominada "almendra de cacao". Estos granos se trituran y muelen para obtener una pasta espesa y granulosa llamada "pasta de cacao".
Mezcla, maduración y conchado
Para pasar de la pasta de cacao al chocolate tal como lo conocemos, siguen siendo necesarias varias operaciones. La primera de ellas es la mezcla. La pasta de cacao se mezcla con azúcar para suavizar el sabor. En el caso del chocolate con leche o blanco, también se añade leche en polvo o manteca de cacao. En esta fase también pueden añadirse diversos aromas.
A continuación, la mezcla resultante pasa por un proceso derefinado, en el que se recalienta y se muele aún más fina mediante rodillos especialmente adaptados. Esta etapa garantiza que el producto final tenga una textura y un sabor homogéneos.
A continuación viene la etapa crucial del conchado, durante la cual el chocolate se calienta y se remueve durante varias horas o incluso días para maximizar su suavidad y sabor. Este proceso también elimina todo rastro de humedad y ciertos ácidos indeseables del cacao.
Atemperar, moldear y envasar: dar forma al chocolate
Una vez fuera del "conche", el chocolate debe atemperarse antes de poder moldearlo con éxito. El atemperado consiste en enfriar el chocolate lenta y progresivamente sin dejar de removerlo. Esta etapa es crucial para obtener un chocolate brillante que se mantenga bien a temperatura ambiente.
A continuación, el chocolate atemperado se vierte en moldes específicamente diseñados para dar al chocolate su forma final, ya sean simples tabletas o formas más complejas como huevos de Pascua o figuritas. Los moldes se enfrían hasta que el chocolate se solidifica por completo y se desmoldan con cuidado para no dañar la forma.
Por último, los productos finales se envasan y se preparan para su envío a los puntos de venta. Esta etapa final puede adoptar diversas formas, desde el simple envasado en papel de aluminio hasta envases más sofisticados que incluyen cajas, cintas y otros trucos de marketing para atraer a los consumidores.
Bonus: ganache y otras delicias
El chocolate no sólo está disponible en forma de tableta. También se utiliza para crear toda una gama de deliciosos dulces. Uno de los ejemplos más conocidos es el ganache, que puede utilizarse como base para diversas preparaciones, como trufas y dulces rellenos.
El ganache suele elaborarse con una proporción igual de nata fresca y chocolate, fundidos al baño maría. También puede añadirse mantequilla para que la preparación resulte más cremosa, y aromas como vainilla o alcohol para personalizar el sabor. Una vez frío, el ganache puede moldearse a mano o con moldes de silicona para crear infinidad de creaciones de chocolate.